Tu equipo de baloncesto pasó semanas preparándose para el torneo. Corrieron alrededor del gimnasio. Practicaron regates, pases y tiros. Todo ese duro trabajo dio sus frutos. ¡Tu equipo quedó en primer lugar! Pero en la ceremonia de entrega de premios, todos recibieron un trofeo. Incluso el equipo que no ganó ningún partido se llevó uno.
Hay quien piensa que eso no es justo. Dicen que los trofeos deberían darse solo a los que destacan, como los equipos o los niños que quedan primeros.
Pero otros dicen que también hay que recompensar el trabajo en equipo y el esfuerzo, no solo la victoria. Además, dicen, los trofeos pueden ayudar a los niños a no perder el interés por una actividad.